No tengo ni tatuajes ni piercings en ninguna parte de mi cuerpo. Nunca encontré un diseño que me gustara tanto, ni una ubicación para ponérmelo que me convenciera definitivamente. Apunto de dar a luz a mi primer hijo, lo había encontrado, no tenía dudas. Mi tatuaje consistiría en una palabra colocada en la frente para que se viera bien, EPIDURAL. Uno de los primeros recuerdos que tengo estando en el hospital para dar a luz, es un grito desgarrador de otra chica. Un grito de esos de película de miedo, que te ponen la piel de gallina o los pelos como escarpias, o las dos cosas.Lo siguiente que oí fue ¡¡Partoooo!! y puertas que se cerraban una detrás de la otra. Si tenías alguna duda sobre si querías anestesia o no (y yo no la tenía), ya se había despejado, "Por supuesto" y "Por favor, ya".Tuve un parto largo de primeriza, que me permitió sufrir los dolores del parto pero también las bondades de la ansiada anestesia. Ya con el niño en brazos, la primera noche no pude dormir por tres razones fundamentalmente: 1) Estaba excitada por la experiencia que acababa de vivir, ¡qué momento!, la 2) mi niño lloraba todo el rato, y la 3) No hacía más que pensar en lo que hubiera tenido que pasar si no me ponen la epidural y tengo que dar a luz de forma natural, porque yo no soy una superwoman...pero casi.
jueves, 29 de noviembre de 2012
miércoles, 28 de noviembre de 2012
A veces, calladita, más guapa.
Me gusta hablar con la gente y ser espontánea y natural, pero no siempre se me da bien. Una vez, le pregunté a la cajera del
supermercado, que de cuántos meses estaba. Fue una de esas ocasiones en las que
debí quedarme callada. Si no estaba
embarazada, obviamente estaba… ¿¿gorda?? ¿rellenita?¿con un poco de barriga?,
no había forma de arreglarlo. La edad me ha hecho más prudente pero también más
libre, más alocada a veces, me ha quitado complejos y me ha dado seguridad. Si ahora
estuviera embarazada y con una espectacular barriga y me miraras descaradamente
sin decirme nada sería yo la que sonreiría y te diría que no te apures que no iba a explotar y que
aunque lo parezca, no soy una superwoman…pero casi.
martes, 27 de noviembre de 2012
No soy una modelo
No te engañes, Elsa Pataky y Miranda Kerr, no comieron durante sus embarazos. Comer es otra cosa, es aquello de… primer plato, segundo plato y postre. Yo deseaba tener barriga, ponerme en la caja de las embarazadas de Carrefour con ostentación, que se me notara, que me preguntarán a todas horas. Estaba orgullosa de estar embarazada. Lo había conseguido después de siete años, así que nada de disimularlo, nada de ropa suelta para ocultar, eso era para otras. Hay quién no se compra nada para la ocasión sino que estira y aprovecha la ropa de siempre. Yo, disfruté con la ropa de premamá, con los trajes, con las blusas, con los bañadores, con todo. Sí, puede ser que te recordara más a una mesa camilla, en vez de a una mujer, pero yo me sentía guapa, favorecida, sexy. Y sí, vomitar varias veces al día y tener náuseas también estaba bien, era perfecto. Lo que estaba claro es que yo por nada del mundo me iba a quejar. No soy una superwoman…pero casi.
lunes, 26 de noviembre de 2012
¡¿A quién le importan los pollos?!, cuando existen los milagros.
No lo entiendo, 11 visitas tuvo el último de mis artículos, y 19 visitas "La distribución de Pollos Frescos y Congelados a nivel Internacional".¿¿¿¿Es la foto del pollo, lo que atrae al lector????
Mi madre se quedó embarazada con 48 años sin darse ni cuenta. Para mi con 30 años y despúes de haberlo intentado todo, quedarme embarazada era misión imposible. Le compré a ella una prueba de embarazo que soñaba con hacerme yo. En fin, sin que nadie lo esperase ya, sin ayuda de la técnica, sin reposo, sin comer hierbas raras, ni vitaminas de ningún tipo. Sin adoptar posturas extrañas que favorecieran el embarazo y de la forma más natural del mundo, sucedió, yo (no mi madre), tuve un retraso y una prueba positiva. De entrada, todo el mundo pensó que era una broma, había una alegría contenida, mucho que esperar y la preocupación y la incertidumbre flotaba en el ambiente. Recuerdo pensar hasta en cambiar de ginecólogo, demasiados recuerdos tristes, me alegra no haberlo hecho. Esta vez sería diferente. Me costó siete años pero yo puedo decir que los milagros existen y que no soy una superwoman...pero casi.
viernes, 23 de noviembre de 2012
Me gané el crucero
Lo de viajar en barco hacía tiempo que me apetecía pero nunca era el momento oportuno. Además,invertir en tratamientos para quedarte embarazada es caro siempre y
todavía lo es más, si te los dan en otra ciudad que no es la tuya. Así que
como en cualquier otra inversión le dimos un tiempo para ver si llegaban
los resultados esperados. Una, dos, tres veces lo intentamos, insistimos
y nada, ni el reposo relativo, ni el más absoluto (casi ni respiraba
por no moverme), hicieron que los embarazos continuaran. Un día, en la
peluquería me encontraron una calva, del tamaño de una moneda grande y llegué a
casa llorando, ¿podía haber algo más horrible?, además de no tener
hijos, ¡¡¡¡me iba a quedar calva!!!! Me tomé todas las pastillas que
encontré que tuvieran vitaminas y minerales, muchos minerales, y fueron
tantas, que estoy convencida que de pasar por el control de equipajes de
un aeropuerto, hubiera pitado seguro.Finalmente, hicimos otra
inversión, el cuarto intento, y además de otra desilusión, necesité como
plus, que me hicieran un legrado; así que tomamos una decisión, se
acabaron las inversiones, los intentos, los reposos... cerramos una
etapa y para "celebrarlo" nos fuimos de crucero. Y sí, lo sé, no soy una
superwoman...pero casi.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Por fin un aborto.
Nunca pensé que sufrir un aborto pudiera ponerme contenta
aunque sólo fuera un poquito. Pero así fue. Cuando despúes de años de intentar
quedarme embarazada y de tratamientos, por fín logro que salgan las dos rayitas
de la dichosa prueba...voy y lo pierdo. Siempre me reventó esa expresión
"¿lo perdiste?", cómo si fuera el bolso o el móvil y yo un desastre
que lo pierdo todo. También la de "no cuajó", es horrorosa, como si
fuera un huevo frito y yo fuera una patosa en la cocina, que lo soy un poco.
Además, como la buena noticia corrió como la pólvora, seis meses después te
preguntan que cuando das a luz. En fin, a pesar de la desilusión, lo reconozco
estaba un poco... ¿contenta?, había estado embarazada, durante poco tiempo
sí, pero había subido de nivel, de categoría y muy a mi pesar me quedaría
un tiempo en ella, no sería una superwoman...pero casi.
No es tan fácil.
Dicen que quedarse embarazada es fácil, a mi me costó siete
años. Al principio, cuando me casé era siempre la misma pregunta "¿y el
niño?" y la misma respuesta "Ya vendrá" hasta que con el tiempo
ya sospechan que debe haber algún problema y ya no preguntan, lo que también al
final resulta incómodo. Si quieres tener hijos y no vienen es muy duro y nadie
nos prepara para eso. Lo importante es no hacer de esa dificultad el centro de
tu vida. Ver que tienes otras muchas cosas que te hacen feliz, tu pareja, tu
trabajo... aunque siempre en el fondo esté esa sombra, esa penita. La gente por
lo general no ayuda nada o poco con sus comentarios, "eso es que te tienes
que relajar"(como si en siete años no hubiera estado relajada ni un
minuto), y si tienen más confianza peor, porque ya controlan tus ciclos
hormonales mejor que tú. Para colmo, cuando comencé con los tratamientos para
lograr quedarme embarazada, tuve que contárselo a mi jefe y un día entre las
instrucciones del día me dio una charla
de cuantas veces se debía hacer a la semana. Así que ya ves, no soy una
superwoman...pero casi.
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