martes, 29 de enero de 2013

Gracias a Frank Sinatra



Sé que parece exagerado, pero no lo es. Mi primer hijo lloraba todo el rato que estaba despierto y no, no dormía mucho. Entre toma y toma, lloraba, comía y lloraba. Salíamos de paseo y lloraba. Y si no lo hacía estábamos en tensión porque sabíamos que en cualquier momento se pondría a llorar. Recorríamos una hora de coche para ir a la playa y…lloraba todo el rato. La gente a veces me preguntaba ¿y por qué llora? Y…¡¡¡ yo que sé!!! . En fin, es duro, no te deja dormir, no hay descanso y no es fácil de llevar. Además los niños a medida que crecen te sonríen, te abrazan, te dicen cosas bonitas…el bebé que llora, llora. Nosotros de broma siempre decíamos que no le gustaba la familia que le había tocado. Recuerdo abrir el grifo del lavabo quinientas veces para conseguir que por lo menos unos segundos dejara de llorar, acunarlo en brazos, oír una y otra vez el New York de Frank Sinatra y bailarlo al mismo tiempo para que se durmiera.  Agotador. Una semana después de que cumpliera un año, tuvimos que hacer un viaje en coche de casi dos horas. Grabamos un CD con las canciones del Oso de la casa azul, y por primera vez en su vida, no lloró en el coche. Por fin, vimos la luz, porque yo no soy una superwoman…pero casi.

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martes, 4 de diciembre de 2012

Te aguantas

Estás feliz porque acabas de tener un bebé precioso, sano que es lo más importante, pero la realidad, tu día a día puede ser difícil de sobrellevar. Te recuperas del parto, pero empiezas la batalla de la leche. Hay que darle de comer y el pecho, y tu tienes dos, es lo mejor que le puedes dar, así que te pones a ello. Recuerdo contar las horas que estaba sentada dando de comer, veninte minutos cada pecho, ocho tomas al día, tiempo para sacar airitos entre pecho y pecho. Hay mil teorías, pero mi experiencia, es que cuanto más pecho das, más leche tienes, sobre todo ese primer mes en que la fábrica se pone en marcha. Total, dedicación exclusiva. La consigna es aguantar, si duele cuando se agarra al pezón, te aguantas, si lo tienes inflamado y parece que te va a estallar, te aguantas, si tienes fiebre y te sangra, te aguantas. Te cuidas y pones en práctica todas las recomendaciones que leas y que te den, pero por encima de todo, te aguantas y antes de que acabe el mes, que te recuerdo que tiene entre treinta y treinta y un días, seguirás sintiendote igual de afortunada y de feliz por ese bebé pero por lo menos ya te será un poco más fácil darle de comer, porque tú como yo, no eres una superwoman...pero casi.


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lunes, 3 de diciembre de 2012

Madre primeriza



Lloró en el paritorio, lloró toda la noche desde que me lo dieron y lloré yo, nada más llegar a mi casa. Lloraba y decía “Estoy tan contenta…”, mi padre comentó “Se te nota, se te nota”. Estaba agotada, demasiadas emociones y poco, poco descanso. Me tenía que recuperar de un parto bueno, pero con  las huellas que deja el esfuerzo del momento. Mis partes más sensibles estaban hechas polvo, lo de sentarme era complicado y hacerlo con gracia y glamour, misión imposible. A los pocos días tuve una revisión y por fin descarté la duda que tenía, ese malestar que sentía no era porque me habían cosido una nalga con la otra, era producto de una hemorroide mal situada.  Solo era cuestión de tiempo el mejorar.  Y así fue, mejoraba por abajo y empeoraba por arriba. La lactancia iba a ser, no solo un reto personal como decía el libro que me habían pasado, sino una tortura en toda regla que soportaría hasta en cuatro ocasiones en mi vida porque no soy una superwoman…pero casi.


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jueves, 29 de noviembre de 2012

¡¡Partooooo!!

No tengo ni tatuajes ni piercings en ninguna parte de mi cuerpo. Nunca encontré un diseño que me gustara tanto, ni una ubicación para ponérmelo que me convenciera definitivamente. Apunto de dar a luz a mi primer hijo, lo había encontrado, no tenía dudas. Mi tatuaje consistiría en una palabra colocada en la frente para que se viera bien, EPIDURAL. Uno de los primeros recuerdos que tengo estando en el hospital para dar a luz, es un grito desgarrador de otra chica. Un grito de esos de película de miedo, que te ponen la piel de gallina o los pelos como escarpias, o las dos cosas.Lo siguiente que oí fue ¡¡Partoooo!! y puertas que se cerraban una detrás de la otra. Si tenías alguna duda sobre si querías anestesia o no (y yo no la tenía), ya se había despejado, "Por supuesto" y "Por favor, ya".Tuve un parto largo de primeriza, que me permitió sufrir los dolores del parto pero también las bondades de la ansiada anestesia. Ya con el niño en brazos, la primera noche no pude dormir por tres razones fundamentalmente: 1) Estaba excitada por la experiencia que acababa de vivir, ¡qué momento!, la 2) mi niño lloraba todo el rato, y la 3) No hacía más que pensar en lo que hubiera tenido que pasar si no me ponen la epidural y tengo que dar a luz de forma natural, porque yo no soy una superwoman...pero casi.


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miércoles, 28 de noviembre de 2012

A veces, calladita, más guapa.



Me gusta hablar con la gente y ser espontánea y natural,  pero no siempre se me da bien.  Una vez, le pregunté a la cajera del supermercado, que de cuántos meses estaba. Fue una de esas ocasiones en las que debí  quedarme callada. Si no estaba embarazada, obviamente estaba… ¿¿gorda?? ¿rellenita?¿con un poco de barriga?, no había forma de arreglarlo. La edad me ha hecho más prudente pero también más libre, más alocada a veces, me ha quitado complejos y me ha dado seguridad.   Si ahora estuviera embarazada y con una espectacular barriga y me miraras descaradamente sin decirme nada sería yo la que sonreiría y te diría que  no te apures que no iba a explotar y que aunque lo parezca, no soy una superwoman…pero casi.


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martes, 27 de noviembre de 2012

No soy una modelo

No te engañes, Elsa Pataky y Miranda Kerr, no comieron durante sus embarazos. Comer es otra cosa, es aquello de… primer plato, segundo plato y postre. Yo deseaba tener barriga, ponerme en la caja de las embarazadas de Carrefour con ostentación, que se me notara, que me preguntarán a todas horas. Estaba orgullosa de estar embarazada. Lo había conseguido después de siete años, así que nada de disimularlo, nada de ropa suelta para ocultar, eso era para otras. Hay quién no se compra nada para la ocasión sino que estira y aprovecha la ropa de siempre. Yo, disfruté con la ropa de premamá, con los trajes, con las blusas, con los bañadores, con todo. Sí, puede ser que te recordara más a una mesa camilla, en vez de a una mujer, pero yo me sentía guapa, favorecida, sexy. Y sí, vomitar varias veces al día y tener náuseas también estaba bien, era perfecto. Lo que estaba claro es que yo por nada del mundo me iba a quejar. No soy una superwoman…pero casi.

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lunes, 26 de noviembre de 2012

¡¿A quién le importan los pollos?!, cuando existen los milagros.

No lo entiendo, 11 visitas tuvo el último de mis artículos, y 19 visitas "La distribución de Pollos Frescos y Congelados a nivel Internacional".¿¿¿¿Es la foto del pollo, lo que atrae al lector???? Mi madre se quedó embarazada con 48 años sin darse ni cuenta. Para mi con 30 años y despúes de haberlo intentado todo, quedarme embarazada era misión imposible. Le compré a ella una prueba de embarazo que soñaba con hacerme yo. En fin, sin que nadie lo esperase ya, sin ayuda de la técnica, sin reposo, sin comer hierbas raras, ni vitaminas de ningún tipo. Sin adoptar posturas extrañas que favorecieran el embarazo y de la forma más natural del mundo, sucedió, yo (no mi madre), tuve un retraso y una prueba positiva. De entrada, todo el mundo pensó que era una broma, había una alegría contenida, mucho que esperar y la preocupación y la incertidumbre flotaba en el ambiente. Recuerdo pensar hasta en cambiar de ginecólogo, demasiados recuerdos tristes, me alegra no haberlo hecho. Esta vez sería diferente. Me costó siete años pero yo puedo decir que los milagros existen y que no soy una superwoman...pero casi.

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